Una tarde en el museo.

Recuerdo perfectamente aquel instante, era mi cumpleaños, cumpliría 5 o 6 añitos y entre los regalos que me hicieron, había un robot, uno de esos que si lo ves hoy te parecería un bicho retro y simpático, nada que ver con ninguna megamaquina de destrucción que puedes comprar hoy en día.

Quizás por eso me pilló desprevenido, a los pocos segundos de abrirlo y mirarlo por todos los lados, en la parte de atrás descubrí el interruptor, lo pulsé y el robot cobró vida, al principio solo se movía, pero en un instante y sin previo aviso, el robot se giró, se quedó frente a mi, y unas lucecitas se encendieron a la vez que emitía un sonido como de rayos láser en una peli de serie B, yo a mi tierna edad no estaba preparado para repeler el ataque de un robot como ese :) y el susto que me llevé fue de aúpa! debí de dar un salto y un grito que no veas y mi familia alrededor partiéndose de risa.

Así que no quiero ni imaginarme como hubiese sido si mi primera visita a un museo la hubiera hecho a uno como el Museo de Historia Natural de Los Angeles hoy en día, me sale el bicho ese y me hago caquita encima fijo :)